Porque contiene antioxidantes que previenen el envejecimiento prematuro de la piel.
Pero espera… antes de empezar la casa por el tejado, deja que te aclare algunos conceptos.
Porque sí, hablar de protección solar hoy en día es casi como intentar entender jeroglíficos.

Filtros físicos, filtros químicos, orgánicos, minerales… ¿cuál escoger?
Empecemos por lo básico.
Los protectores solares pueden dividirse en dos grandes grupos según el tipo de filtros que utilicen: químicos (también llamados orgánicos) y físicos (o minerales).
Por no hablar de cómo escoger el SPF o que es COLIPA

La diferencia no es solo una cuestión de marketing, sinó de cómo actúan sobre tu piel.
Filtros químicos u orgánicos
Son los comunes en los protectores convencionales.
Funcionan absorbiendo la radiación ultravioleta (UV) y transformándola en calor, para que no dañe las células de la piel.
Suena bien, pero…
• Suelen estar formados por moléculas sintéticas que pueden resultar irritantes o alergénicas.
• Tardan entre 20 y 30 minutos en empezar a hacer efecto.
• Algunos ingredientes (como la oxibenzona o el octinoxato) han sido relacionados con alteraciones hormonales y daño al medio ambiente marino.
Filtros físicos o minerales
Aquí es donde entra la cosmética natural.
• Los filtros que usan no absorben los rayos UV, sino que los reflejan como si fueran un espejo.
• Sus principales activos suelen ser dos minerales: óxido de zinc y dióxido de titanio.
• Ambos filtros forman una barrera física en la superficie de la piel que actúa desde el primer segundo en que los aplicas.
• No necesitan tiempo de absorción y son perfectos para todo tipo de piel, incluso las más delicadas: atópicas, sensibles, reactivas o con tendencia al enrojecimiento.
• Y si además vienen acompañados de antioxidantes naturales, estás protegiendo tu piel:

por fuera y por dentro del daño solar, y del estrés oxidativo.
⚠️Importante⚠️
El dióxido de titanio es completamente seguro cuando se aplica sobre la capa más externa de la piel (la epidermis), pero es tóxico si se inhala o se ingiere.
Por eso, ningún protector solar natural y ecológico utiliza formatos en spray.
También tienes que saber que, para poder trabajarlo con más facilidad, el dióxido de titanio se fragmenta y se encapsula (imagina que es como una avellana dentro de un bombón) para que sea más estable y seguro.
Pero esa “cobertura” puede fallar y dejar el dióxido de titanio expuesto. No supone un riesgo si las partículas no son tan pequeñas como para penetrar la piel.
El problema aparece cuando hablamos de nanopartículas, fragmentos tan diminutos que podrían atravesar la barrera cutánea. Por eso, la ley exige que si un producto las contiene, lo indique claramente en el envase escribiendo (nano) al lado del ingrediente.
Un detalle que no encontrarás en cualquier producto… pero sí en los que realmente se comprometen con la seguridad y la transparencia.
Y ahora que ya sabes que proteger y cuidar no siempre van de la mano, y lo importante que es elegir conscientemente…
Te invito a acompañarme para descubrir mis solares favoritos.
Te adelanto que hay uno que se ha ganado mi corazoncito (y mi neceser, haga frío o calor).
Nos leemos el próximo domingo.

Te deseo un buen lunes de pascua (si lo celebras), y un buen inicio de semana, pero antes de nada….
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