A veces, los fines de semana se escapan del guión habitual sin pedir permiso.
Y aunque no era un viaje profesional, esta vez tocaba hacer malabares entre la logística, el clima cambiante, y una maleta de cabina que parecía exigir superpoderes (si las historias te aburren, tienes los tips bàsicos para conseguirlo más abajo)
El destino: Era Val d’Aran (el Valle de Arán).
El motivo: ser una de las entidades culturales en recibir el premio Baldufa (en nuestro caso, por tener 75 años de historia…).
Pero lo que parecía un plan sencillo escondía más giros que la montaña con curvas que nos llevó hasta Tredòs o

hasta Esterri d’Àneu (según se mire).

El trayecto de ida y vuelta -con noche 🌛 de hotel incluída, feria de juegos tradicionales 🎳, y animalillos 🐴 varios- fue toda una aventura: niebla, lluvia fuerte, carreteras serpentinas… y una conductora tan segura de sí misma como
rápida al volante (y no, no hablo de mí que prefiero llegar con el desayuno dentro del cuerpo).
Pero lo que realmente marcó el tono del fin de semana no fue el premio (que una servidora, móvil📱en mano, se encargó de inmortalizar): sinó que fue el desafío de ir práctica, preparada para las inclemencias, divina de la muerte y, sobre todo, con todo lo imprescindible para cuidar mi piel atópica.
Y todo esto, en una maleta de cabina o carry-on (como prefieras llamarla), preparada para una escapada de sólo 33 horas.
Porque a ver, aunque el tiempo era limitado -y el espacio en la maleta también- no estaba dispuesta a renunciar a mis básicos, ni a mi body milk favorita.

Que por supuesto no es ésta de la foto 😉 por muy bonica que sea.
Como te decía, hice y rehice esa dichosa maleta unas cuantas veces: hasta que logré el equilibrio perfecto entre comodidad, funcionalidad y estilo

con este precioso 💖 jersey que me tiene enamorada, mi gorrito con

pompón, y como no, mi neceser ringanero lleno de muestras y pequeñas

cucadas como ⤴️ el stay fresh: un básico todoterreno que tanto te sirve para lavarte las manos como para una limpieza íntima, suave y respetuosa (para algún momento de urgencia: que nunca se sabe).
Viajar ligera no significa renunciar a ti. Significa llevar justo lo que necesitas para sentirte tú misma, estés donde estés.
5 tips para preparar tu carry-on sin renunciar a tus básicos (ni a tu estilo)
O deja que me estruje el cerebro, y te cuente cómo me preparé para todos los imprevistos
Antes,de empezar, tienes que tener claro que una maleta funcional no empieza con lo que metes, sinó con lo que decides dejar fuera.

◇ Ten en cuenta la duración del viaje, y cómo te moverás🚕🚶♀️✈️. Porque no es lo mismo una escapada de poco más de 24, o 48 horas que una semana.
Ni en coche que en avión.
Piensa si estarás al aire libre 🥶 o en interior 🥵 y revisa la previsión del tiempo 🌥🌪🌨
En mi caso, opté por llevar sólo el típico jean azul recto, dos pares de botines, una cazadora, el gorro, 2 tops veraniegos y 2 jerséis de punto finito, pero manga larga
Sólo los botines de agua, un top, un jersey y el gorrito, los puse en la maleta.
◇ Evita prendas gruesas y opta por capas o prendas térmicas (incluso las fibras naturales son excelentes reguladoras de la temperatura).
Esto te permitirá no pasar calor en espacios cerrados que estaran climatizados, y al ser prendas finitas apenas ocuparán espacio en la maleta.
◇ Escoge tejidos cómodos, combinables entre sí, y transpirables: yo elegí prendas de algodón: suaves, versátiles y con ese punto arreglado que te salva en una cena sin sentirte ni demasiado casual ni demasiado vestida.
◇ Usa prendas que sean como mínimo un 2 en 1. Mi biker no era de cuero, pero sí lo parecía. Me sirvió como chaqueta un punto rompedora e impermeable.
Los botines de agua Chelsea pasaban perfectamente por calzado de diario. Y el gorro de punto, además de evitar el frío nocturno, fue la excusa perfecta para dejar el paraguas en casa.
◇ Prepara tu neceser con muestras y mini tallas ya hechas o customizadas por tí. Yo llevé mis básicos en tarritos pequeños, dosificándolos como si fueran monodosis: un pump de Skin Perfection, 2 muestras ya preparadas de mi body milk, el champú en una borellita del Dea…
Todo justo y necesario.
Así, ahorré espacio sin renunciar al autocuidado.
◇ Tips extra:
Opta por algunos organizadores de maleta (sí, esos tan virales), pero no te pases y usa un máximo de 5: para calzado, separar la ropa usada o sucia, neceser, y poco más.
Si el maquillaje es lo tuyo: adelante. Es la mejor forma de brillar y de verte arreglada sin mucho esfuerzo, con poquitos productos, y sin ocupar espacio. Yo me llevé la muestra de la tinted moisturizer, mi pintalabios 💄 rojo y mi rímel favorito.
Opta por bisutería (y no joyería) que te encante y te haga sentir especial. En mi caso, opté por 2 pulseras llamativas que daban un poco de vidilla a mis looks

Y así es como organicé mi maleta de cabina, llevando lo imprescindible, y lo más importante, estando 100% preparada para todas las eventualidades.
¿Y tú?
¿Tienes algún truquito infalible cuando haces la maleta?
Cuéntamelo en comentarios o escríbeme por WhatsApp.
Me encantará saber cómo viajas ligera y con estilo
Feliz inicio de semana, pero antes de nada…
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