Existen varios tipos de exfoliaciones faciales que se clasifican según el método y la intensidad del tratamiento. Aquí tienes los más comunes:

Exfoliación mecánica:

• Se realiza utilizando productos con partículas pequeñas (como gránulos de azúcar, sal o microesferas) que, al frotar sobre la piel, eliminan las células muertas.
• Ejemplos: exfoliantes físicos, cepillos faciales, esponjas exfoliantes.

Exfoliación química:

• Utiliza ácidos o enzimas para disolver las células muertas de la superficie de la piel.
• Ácidos alfahidroxi (AHA): como el ácido glicólico o láctico, que son suaves y adecuados para pieles secas o sensibles.
• Ácidos betahidroxi (BHA): como el ácido salicílico, que es ideal para pieles grasas y propensas al acné.
• Enzimática: utiliza enzimas de frutas, como la papaya o la piña, para exfoliar suavemente.

Exfoliación enzimática:

• Similar a la exfoliación química, pero utiliza enzimas naturales, como las encontradas en frutas, para descomponer la proteína que une las células muertas a la superficie de la piel.

Exfoliación manual profesional:

• Se realiza en clínicas o centros de estética con dispositivos que permiten una exfoliación más profunda, como el microdermoabrasión, que utiliza cristales finos o una punta de diamante para pulir la piel.

Peeling químico:

• Es un tratamiento más intenso que utiliza ácidos de mayor concentración para exfoliar las capas más profundas de la piel, promoviendo la regeneración celular.
• Puede variar en intensidad (superficial, medio o profundo), dependiendo del tipo de ácido y la concentración utilizada.

Exfoliación con láser:

• Utiliza tecnología láser para eliminar las capas superficiales de la piel y estimular la producción de colágeno, mejorando la textura y tono de la piel.

Exfoliación con ácidos naturales (peelings naturales):

• Utiliza ingredientes naturales, como mascarillas de yogur, avena o azúcar mezclados con otros ingredientes que tienen propiedades exfoliantes suaves.

Cada tipo de exfoliación tiene sus indicaciones y es importante elegir el tratamiento adecuado según el tipo de piel, y las necesidades específicas.